CÓMO SER ACTOR Y NO MORIR EN EL INTENTO |
La vida del actor… siempre errante, de acá para allá, sin rumbo fijo, inestable, sin raíces, sin saber qué va a ser de ti, cómo te ganarás hoy las lentejas… Sin embargo no importa, porque al actor le puede más la vocación que otra cosa. Yo soy actriz y no puedo ser otra cosa. Necesito contar historias, expresarlas y que el resto de los humanos las sientan a través de mi…de lo contrario me marchito, me empieza a doler la garganta…Tengo demasiado desarrollado eso que algunos llaman chakra de la expresión…Aquella maravillosa experiencia, la de contar historias, no se paga con dinero… pero si encima te lo pagan, entonces toco el cielo. Cuántos trabajos desperdiciados, cuantas excusas para asistir a casting, cuántas decepciones y cuántos somos los que queremos ganarnos la vida con esta difícil profesión. Recuerdo un día en el que tras estar meses sin hacer una prueba de cámara, me pongo a hablar a las paredes, a los cuadros, al techo y a quienes pudieran oírme, y protestando, como siempre: “¡Estoy harta!, tiro la toalla, voy a buscar un trabajo fijo, con un horario y un sueldo, aunque sea poco, pero necesito trabajar. ¡Ya está bien de soportar esta inestabilidad!” ¡Siempre igual! “Ya te llamaremos… ya te llamaremos” “Lo sentimos, el cupo de actrices está cubierto”.¿Ah, si? Pues hala, ¡ahí os quedáis! Voy a ir la empresa esa que me ha elegido para trabajar como secretaria, ¡firmo el contrato y en paz!. Cojo el teléfono y los llamo, muy chula, aceptando su oferta. Me arreglo como si fuera a verme el mismísimo Spielberg y me encamino hacia la empresa. Es lujosa y bonita aunque admito que es algo que yo, por algún motivo, no se ver ni valorar…. Toda llena de ordenadores, de teléfonos, de impresoras y faxes, gente con traje de chaqueta y lo que es peor… ¡corbatas!. Detesto las corbatas, me recuerdan a las sogas de los ahorcados… …. “¿Entonces empieza Usted mañana por la mañana?” - Comenta el Director del Departamento y, a partir de ahora, mi nuevo jefe-… (Qué horror… me ha llamado de Usted…) “Si, por supuesto”-, contesto con una sonrisa algo forzada, resignada a mi suerte y a la difícil lucha por la supervivencia de la cual sólo se salvan unos pocos privilegiados en este mundo. Esta fue mi conversación telefónica. Me voy a recrear haciendo de ella un pequeño cortometraje: IRENE (aún con esperanza) CLARA (interrumpiendo) IRENE (triste) Cuelgo el teléfono, siempre resignada, cojo el coche, y me dirijo seria a mi casa. Una voz interna me dice….. “Si…Has hecho bien, como dice Clara. Tranquila, llevas demasiado tiempo intentándolo, haces dos o tres cosillas y después meses de sequía, ya no eres una niña…¿Hasta cuándo crees que podrás aguantar?..., hay poco trabajo como actriz y lo poco que hay suele ser siempre para los más conocidos, tu no eres conocida… no tienes oportunidad porque tampoco tienes un representante de postín que pueda darte a conocer y venderte…Tampoco tienes contactos importantes, y sin los contactos, ya sabes… Además este trabajo de secretaria está bien pagado y el horario no está tan mal”… y este estúpido consuelo me acompaña hasta el portal de mi casa. Después de no pegar ojo en toda la noche, me planto a las 9 en punto en la oficina… nada que ver conmigo. Es otro mundo. Sigo con molestias en la garganta,¡qué se le va a hacer! Pero esta vez voy a intentar aguantar, aceptar y conservar este trabajo. …Y resulta que al cabo de dos semanas, cuando estoy más o menos acoplada, conozco a la gente y empiezo a aceptar mi nueva vida, suena el teléfono…… Es un casting para una prestigiosa serie de televisión…Quieren verme inmediatamente…tengo posibilidades. Recuerdo aquella frase del calendario… Mi dolor de garganta se vuelve agudo.
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